julio 25, 2012

dos pasos adelante, uno atrás...

Creo ya ya identifiqué por qué me enojé tanto... 
El coraje, la molestia y la nefastez me duraron parte de la tarde.
Después de dos llamadas telefónicas en donde consulté el punto, me di cuenta primero que no estuvo mal mi enojo, que fue normal y segundo que también estuvo normal la duración del mismo.
Muy sencillo, no hay que ver cosas donde no las hay.  Eso es lo que me molesta.  Soy muy buena con el coqueteo cuando quiero hacerlo, pero cuando no, no!  Malinterpretar una situación por cualquier cosa no está bien.
Muchas veces ya me he quejado de la cantidad de interpretaciones que puede haber cuando se habla de comunicación, peor aún es cuando es por escrito.
Entiendo perfecto que quebrarme la cabeza cuando yo estoy tratando de interpretar algo no es padre, y entiendo que haya molestia de mi parte cuando tratan de interpretar lo que digo cuando no le atinan al significado de un simple comentario.
Ahora, hasta aquí quizás la lectura de estas últimas líneas podrá ser "vieja loca ¿por qué te enojas tanto?
Pues por el hecho de que me tomó mucho tiempo llegar a ese lugar de paz, sí lo acepto, no todos los días estoy en el y me acuerdo de lo vivido.  Pero llegar al punto final me costó mucho sobretodo porque no fue una decisión tomada por mi.  Fue algo que decidieron por mi y yo estuve de acuerdo ya que no creí que había alguna otra forma.
La decisión fue tuya y no mía.
Volver a empezar con el mensajeo cuando no es un mensajeo cual cuates, cuando es "distinto" no me late.  Sobretodo cuando sé que no hay algo más allá.  O mejor dicho cuando sé que no puede haber algo más allá...
Quizás en parte el enojo también tiene que ver con pensar que había regresado el amigo y darme cuenta que aún no.

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