febrero 11, 2007

Constantes vitales...

Confrontar qué somos para ver qué hacemos hace que la cobardía del preguntar tenga algún sustento.
Tener consentimiento pleno de nuestras acciones puede hacerlo más llevadero; sin embargo, la tranquilidad y relajación del continuo no-cambio hace que la perspectiva se tambalee.
Considerarse cobarde puede ser la mayor ventaja ante el intento constante de saber la verdad.
Creer que el cambio está cerca, puede traer, en sí, muchos miedos.
Conformarse con el continuo puede incomodar a la monotonía y a la falta de rutina que el ser sedentario anhela por tener.
Mientras el sigiloso viento se mueve, la tierra tranquila está... sobre de ella, la hormiga obrera carga su hoja moviéndose rápidamente hacia su hogar...

1 comentario:

Maese del Merol! dijo...

que pason!! que pasonzote!! jaja