En general, vivo filtrando todo lo que digo. Pienso, re pienso, le doy vueltas y luego lo suelto.
Aquél mail fue tan vomitivo, tan catártico, tan explosivo, que me ha dejado pensando estas últimas semanas todo lo que puse, dije y sentí.
Cuando te rompen la madre en cachitos definitivamente sacas la garra para tratar de defenderte, no es con intención de ofender ni lastimar; sino con la intención de defender la mucha o poca dignidad que te queda.
Cierto remordimiento de conciencia me ha quedado, eso es parte de lo que ha hecho que no escriba en tanto tiempo.
Es la primera vez que termino algo con alguien que considero realmente un amigo, creo que de ahí viene ese remordimiento. Que independientemente del cariño amoroso, por decirle de alguna manera, que hubo, existe un cariño fraterno y de amistad. ESA es la parte que me hace sentirme mal, del cómo dije las cosas.
Definitivamente no me arrepiendo de cada uno de los párrafos escritos, para nada. Estoy orgullosa de haber logrado sacar mis palabras de forma tan fluida y natural.
Por otro lado, sigo sorprendiéndome de la habilidad que tenemos los humanos para ver sólo nuestro punto de vista. El cómo cada quien tiene su versión de la historia y que generalmente esas versiones son completamente distintas.
Cuando el timing no es el adecuado definitivamente las cosas no fluyen por más que lo intentes.
Será momento de revisitar aquello? Me quemaré si vuelvo a jugar con fuego? Definitivamente extraño esa compañía, sé perfecto que no me hacía nada bien por las expectativas que tenía. Podré evitar tener de nuevo esas expectativas? O sólo es esa nece(si)dad de no estar sola?
septiembre 24, 2012
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